Las Fuerzas Armadas de Ecuador tomaron este martes el control de los principales centrales hidroeléctricas del país antes de que comiencen una serie de apagones programados a nivel nacional por la imposibilidad de abastecer la demanda interna de electricidad, debido a una grave sequía que afecta a sus principales embalses.
Los militares ingresaron este martes al embalse de Mazar, situado en la sureña provincia andina de Azuay, que cuenta con una capacidad de 410 millones de metros cúbicos y que permite alimentar a un complejo de tres plantas hidroeléctricas con una potencia instalada en su conjunto de 1.757 megavatios, lo que constituye una de las principales fuentes de energía del país.
En las últimas semanas el embalse de Mazar ha experimentado un drástico descenso de su reserva de agua, producto de la prolongada ausencia de lluvias en la sierra andina, que se encuentra en plena época seca, lo que el Gobierno ha definido como «el peor estiaje de los últimos 61 años».
Dentro de las instalaciones de la hidroeléctrica, el personal de las Fuerzas Armadas recibió una capacitación sobre la operación general de la instalación con la presencia del ministro de Energía y Minas, Antonio Gonçalves, junto con autoridades de la estatal Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec).