La Policía Nacional informó este jueves 22 de agosto de la detención de siete personas, entre ellos tres policías, que pertenecerían al grupo delictivo conocido como Los Tiguerones, por su presunta implicación en el secuestro de una madre y su hija en Guayaquil.
El comandante general de la Policía, Víctor Zárate, comunicó en una rueda de prensa que las dos víctimas fueron liberadas tras realizar cuatro allanamientos en la urbe porteña.
Zárate identificó a los tres policías implicados en el caso como Andrés M., un subteniente con dos años de servicio; y a dos cabos segundos con ocho años de servicio cada uno: Gabriel M., que contaba con antecedentes por evasión o fuga de un detenido, y Christian O.
El comandante general explicó que una familia (padre, madre e hija) viajaban en su vehículo en una carretera de Guayas cuando fueron interceptados por varios sujetos en cuatro motocicletas que simulaban ser integrantes de la Policía.
Según Zárate, los sospechosos, tras abordar a la familia, les habrían obligado a seguir ciertas indicaciones debido a un supuesto operativo en marcha, por lo que debían acompañarlos hasta las instalaciones policiales.
En el camino, estos hombres bajaron de su automóvil y a la madre y a la hija las llevaron a otro vehículo con rumbo desconocido, detalló Zárate.
El comandante añadió que minutos después el padre comenzó a recibir mensajes y videos donde le exigían el pago de un millón de dólares para liberar a sus familiares.
Tras la llamada, el padre avisó a las autoridades que iniciaron las investigaciones para conseguir la ubicación de los implicados y lograron liberar a las dos secuestradas.
Las víctimas fueron llevadas a un centro de salud para verificar su estado y los siete detenidos fueron puestos a órdenes de las autoridades competentes, declaró Zárate.
Entre los indicios recabados por la institución del orden figuran 13 armas de uso oficial, dos vehículos, dos motocicletas policiales, 13 teléfonos celulares y ropa de policías.
La banda conocida como Los Tiguerones ha sido identificada como una de las más de una veintena que generaron una oleada de violencia en cárceles y calles a principios de año.
En enero pasado el presidente de la República, Daniel Noboa, elevó la lucha contra el crimen organizado a la categoría de conflicto armado interno, con el que pasó a catalogar a las bandas criminales como grupos terroristas y actores beligerantes no estatales.
La violencia desatada en Ecuador le llevó a figurar como el país con más homicidios per cápita en 2023, al registrar 47,2 por cada 100 000 habitantes, según el Observatorio Ecuatoriano de Crimen Organizado (OECO).
Las mafias, según las autoridades, están dedicadas principalmente al narcotráfico, pero también han ampliado sus operaciones a otros delitos como la minería ilegal, la extorsión y el tráfico de armas.