Cada vez es más frecuente escuchar a la Policía de Ecuador decir que detiene a niños y adolescentes por delitos como secuestro, extorsión o asesinato, y que éstos pertenecen a bandas del crimen organizado que operan en el país.
Una realidad alarmante que se refleja en las cifras de la institución, que solo entre enero y mediados de octubre de este año detuvo a 3.086 menores de edad por diversos crímenes, casi el doble que los 1.889 del mismo período de 2023 y que los 1.610 de 2022. En los últimos cuatro años, 8.201 menores fueron aprehendidos.
Según la Policía, el 63 % de las detenciones de 2024 se concentran en las provincias de Guayas y Pichincha, las más pobladas de Ecuador con Guayaquil y Quito como sus respectivas capitales; además de las costeras El Oro, Los Ríos y Manabí, «regiones clave para la actividad de grupos de delincuencia organizada», especialmente vinculados al narcotráfico.
En un reciente caso, tres menores que intentaban secuestrar a un comerciante fueron detenidos en un barrio del norte de Guayaquil.