Al cumplir tres meses en el poder, Daniel Noboa Azín dialogó con Diario EL UNIVERSO y Radio City para evaluar su gestión. “La gente siente que las cosas están mejorando y van a mejorar aún más”, asegura el primer mandatario, quien agrega que recibió el país en “un hueco”, con atrasos en pagos a gobiernos locales y proveedores por más de $ 4.600 millones, y una grave crisis de inseguridad.
Cuestiones que se han ido superando en este tiempo, particularmente en el caso de la violencia, en que “con el apoyo de las Fuerzas Armadas, de la Policía y una estructura de seguridad renovada, hemos logrado bajar el número de muertes violentas por día”, según el presidente.
Pero asegura que queda todavía mucho por hacer y piensa que el año y tres meses que le restan de mandato no le alcanzará para avanzar mucho, así que sí le interesa ir por la reelección en los comicios del 2025.
Usted resolvió declarar el conflicto interno en el país y catalogar como terroristas y grupos beligerantes no estatales a 22 bandas criminales. ¿No cree que esta descripción los elevó de nivel? Porque finalmente son delincuentes.
Creo que sí son grupos narcoterroristas. Después de un análisis profundo con nuestro equipo jurídico así lo determinamos, pues han cometido delitos de terrorismo en muchas zonas del país. No es elevarlos, es simplemente calificarlos como lo que son. Ellos quieren ser calificados como GDO, no quieren ser calificados como narcoterroristas ni ser parte de un conflicto armado interno.
¿En qué ha beneficiado esa declaración en el combate a la inseguridad? Claro, ha permitido que las Fuerzas Armadas salgan a las calles. ¿Pero cuál es el balance de esas operaciones?
No solo que salen a las calles, sino que ahora a las bandas se las considera objetivos militares. Entonces, de esa manera las Fuerzas Armadas pueden actuar, siguiendo el derecho humanitario internacional, con firmeza, pero con fuerza, apoyados por el presidente de la República.
Y esto ha sido reforzado por un estado de excepción que ya en unas cuantas semanas concluye, ¿está pensando en renovarlo?
Hay que extenderlo 30 días más. Todavía no hemos resuelto todos los problemas, pero este estado de excepción nos ha permitido como gobierno, y asimismo a las Fuerzas Armadas y a la Policía, tener mayor orden, mayor control. Y creo que se necesita este periodo de control. Estoy seguro de que es lo que debemos hacer. Por eso vamos a extenderlo 30 días más.
En este tiempo las cifras oficiales dan cuenta de más de 9.000 detenidos, pero vemos que no son los ‘peces gordos’. ¿Por qué pasa esto? Vemos quizás a mandos “intermedios” mayormente.
Bueno, acabamos de detener a (Negro) Willy, que es uno de los tres líderes de Los Tiguerones. También a la guardia personal y a los elementos fuertes de la parte armada de Los Choneros… Asimismo, hemos logrado neutralizar las actividades de Los Lobos en las cárceles. ¿Pero quiénes son los que generan mucha violencia? Son estos mandos medios, son estos objetivos intermedios. Ellos son los que dan la orden directa o cometen directamente el acto criminal. Al neutralizar los objetivos intermedios, se les quita posibilidades a las organizaciones narcoterroristas para ejecutar crímenes y que puedan aterrorizar a la gente.
Lo que sí ha sido público es que muchas de estas capturas de gente ya calificada como terrorista terminan en medida sustitutiva y hasta en liberaciones. ¿Hay alguna manera de romper este juego macabro?
Sí. Debemos tener, número uno, mayor control en el Consejo de la Judicatura como país. Número dos, tenemos una pregunta en la consulta popular en la cual limitan las acciones de protección a jueces o unidades judiciales especializadas en temas constitucionales. ¿Qué pasa hoy en día? Van a un cantón pequeño, a una unidad judicial pequeña y consiguen una acción de protección para liberar o para tener medidas sustitutivas, o consiguen un habeas corpus. Eso cambiaría si es que tenemos el resultado positivo que creo que sí vamos a tener en la consulta.
Hablando de esos ‘peces gordos’, ¿se conocen ya detalles del paradero de alias Fito (Adolfo Macías, líder de Los Choneros?
No. En el país, de lo que hemos podido analizar, lo más probable es que no esté. ¿Pero qué ha pasado que no había pasado hace mucho tiempo? Hemos logrado cambiar la dinámica. Antes ellos aterrorizaban al Gobierno, a la Policía, al Ejército. Ahora es al revés. Ahora tienen temor de enfrentarnos directamente. Ciertos mandos intermedios, inclusive peces gordos, están escondidos en fincas, en lugares lejanos… Antes se paseaban por un mall o se iban a comer a restaurantes bonitos, ahora están escondidos, refundidos, rezando porque el Ejército no vaya a sacarlos.
La presencia de los militares en las cárceles ha dado cierta percepción de seguridad en la ciudadanía. ¿Se ha pensado en militarizarlas, como se hizo en su momento en aduanas y puertos?
Sí, yo creo que esa sería la idea principal. Creo que sería algo fundamental también, no solo para la opinión pública y para la tranquilidad pública, sino para los mismos presos. Hoy en día no tienen que andar pagando peajes para comer sus tres comidas, no tienen que estar sometidos por líderes de grupos narcoterroristas para poder tener paz adentro de la misma cárcel. Se ha democratizado el funcionamiento interno de las cárceles.
¿Puede confirmar que el Estado tiene control en todos los centros penitenciarios del país?
Sí. No estamos en una situación ideal, pero los militares han logrado tener el control de las cárceles.
¿Cómo sería esa militarización? Más allá de que se apruebe la enmienda del artículo 158 de la Constitución, que permite a las Fuerzas Armadas colaborar con la Policía sin estados de excepción, ¿hay un plan de militarización como tal?
No. Los militares son una fuerza complementaria al manejo de las cárceles y van a seguir trabajando con el SNAI, con la Policía Nacional, con el Ministerio del Interior, para tener el control que se necesita. Son gente altamente entrenada, que tiene estructura, que sabe cómo manejar situaciones adversas y de conflicto. El SNAI, al cual recibimos podrido, también tiene que cambiar en sus procedimientos, en su seguridad interna, en la protección de los mismos trabajadores dentro de las cárceles. Y al tener mecanismos, al tener tecnología y encima tener el apoyo de las FF. AA., vamos a tener paz en las cárceles.
¿Cómo avanza el proyecto de las megacárceles? En la proforma presupuestaria ya hay 125 millones de dólares previstos para eso.
No son ‘megas’. El término megacárceles lo usaba Nayib Bukele (presidente de El Salvador). Nosotros tendríamos dos cárceles, en las que entre las dos se puede albergar a 4.000 PPL, que no es una megacárcel, es una cárcel estratégicamente ubicada. La segmentación de cárceles es algo que yo siempre dije, que es tener muy separada a la gente que necesita máxima seguridad, mediana seguridad y contravenciones. De esa manera vamos a poder tener un sistema carcelario más ordenado, porque una cárcel no es mejor si es más grande. Una cárcel es mejor si es que está debidamente segmentada y protegida.
¿Y estas cárceles cuándo empiezan a construirse? ¿Ya tiene los terrenos?
Sí, los terrenos ya están. Una es en Santa Elena y otra en Pastaza. Estas son las dos primeras con las que se va a empezar. Ya está el estudio, está el diseño, salen los permisos ambientales… y ahí empezamos a construir.
¿Más o menos tiene una fecha?
Deberíamos tener las cárceles listas antes de las elecciones del próximo año.