El Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que hoy ha anunciado su disolución y el fin de la «lucha armada» que inició contra el Estado turco hace 40 años, es la guerrilla a través de la que se han canalizado las aspiraciones de los kurdos de Turquía, en un conflicto que ha dejado unos 45.000 muertos.
Fundado en 1978 y de inspiración marxista leninista, el PKK comenzó su lucha armada en 1984 y es una organización que Ankara ha considerado siempre terrorista. Su decisión llega después de que a finales de febrero el fundador y líder de la organización, Abdullah Öcalan, pidiera desde la cárcel el fin de la lucha armada.
Desde que el PKK inició la lucha armada para conseguir la independencia del Kurdistán unas 45.000 personas -en su mayoría kurdos- han muerto en un conflicto que ha dejado decenas de miles de aldeas destruidas y cientos de miles de desplazados en el sudeste y el este de Turquía.
Después de los años noventa del siglo pasado, los más duros de la confrontación, las reivindicaciones independentistas del PKK fueron modificadas por las de una fuerte autonomía, una amnistía para los miles de presos y la posibilidad de participar en la vida política.
En 1999 se produjo la detención en Kenia de Ocalan, que tras varios años de exilio en Siria fue obligado a dejar ese país por las presiones turcas.
Aunque inicialmente condenado a muerte, la pena se le conmutó por la de cadena perpetua.
En su primera intervención ante los jueces, Ocalan pidió perdón a los familiares de los muertos por el PKK y exhortó a la guerrilla a deponer las armas.
La captura de Ocalan marcó una nueva época en el PKK, que decretó un alto el fuego unilateral, pero Turquía se negó a reconocer la tregua y a negociar.
El grupo armado reanudó sus ataques en 2004 y, tras una nueva tregua unilateral en 2006, intensificó sus acciones violentas.
Proceso de paz
En enero de 2013 el Gobierno turco autorizó contactos con Ocalan y en abril de ese año el PKK anunció la retirada de sus combatientes del territorio de Turquía. Sin embargo, en septiembre suspendió el repliegue en respuesta a la parálisis en el proceso de paz.
Durante 2014 y la primera mitad de 2015 no hubo avances y en junio de ese año se produjeron enfrentamientos entre el Gobierno y los militantes del PKK que condujeron al fin del proceso de paz, anunciado en julio de 2015 por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
A lo largo de la última década, el grupo armado reanudó sus ataques, mientras el ejército turco a su vez bombardeaba posiciones de la guerrilla kurda del PKK en el norte de Irak y efectuaba operaciones en el norte de Siria con el fin de controlar áreas habitualmente atacadas por el PKK y las Unidades de Protección Popular (YPG).