Con incidentes y reclamos, la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional reactivó este 30 de septiembre de 2024 la etapa de sustanciación del juicio político contra la ministra del Interior, Mónica Palencia, acusada de supuesto incumplimiento de funciones.
La ministra Palencia está acusada por los legisladores Leonardo Berrezueta y Paola Cabezas, de la bancada de la Revolución Ciudadana (RC), de supuesto incumplimiento de funciones relacionado con la irrupción en la Embajada de México en Quito y la falta de acciones para contener la inseguridad en el país.
Las confrontaciones se presentaron luego que la ministra Palencia ingresó a la sesión, cuando los legisladores interpelantes cuestionaban su ausencia y pedían que la no presencia de la funcionaria quedara en actas. La acusada solicitaba la actuación de su defensa técnica, liderada por Fernando Yavar, en el proceso de sustanciación, y eso no fue aceptado por la presidenta de la mesa, Pamela Aguirre (RC).
En este primer día de sesiones se dejó de lado el testimonio de doce personas que fueron requeridas por Berrezueta respecto a la irrupción de la fuerza pública en la Embajada de México en Quito en abril pasado, lo cual será parte del informe, porque los testigos no acudieron.
Pero Berrezueta impulsó el testimonio del exministro del Interior José Serrano, y eso abrió el debate alrededor de la oportunidad del requerimiento y lo que señala la normativa para aceptar prueba testimonial.
Los argumentos de las dos partes se discutieron, pero fue la presidenta de la mesa, Pamela Aguirre, quien aceptó el testimonio de Serrano y ordenó a la secretaría la conexión vía telemática para recibir al testigo; pero en ese momento los legisladores de ADN y los aliados abandonaron la sala y se quedó sin quorum, por lo que la sesión se suspendió.
Antes de que la ministra Palencia abandonara la sala, la legisladora Paola Cabezas se dirigió a la funcionaria y levantó la voz para señalar: “Van a tener que dejar entrar a las víctimas de esta señora, como trae barras…”.
La ministra se regresó y señalando a Cabezas le dijo: “Yo no puedo permitir que diga eso. Yo no tengo víctimas; cuidado con lo que hablas de mí. Graben, por favor, que está afirmando que las víctimas mías… No, señores, eso no te lo voy a permitir, y lo digo mirándote a los ojos. Yo no tengo las manos manchadas de sangre como tú me lo has endilgado. Yo por eso vengo a defenderme, pero nunca en mi vida he manchado las manos de sangre, y soy defensora de los derechos humanos desde que tenía siete años. Tú no conoces mi historia de vida”. Con esto, la ministra salió del palacio legislativo.