Nuevamente amenazados. Tanto Petroecuador como OCP trabajan contrarreloj para hacer frente a la erosión regresiva en el río Coca que amenaza la infraestructura. En la zona de San Luis, cantón El Chaco (provincia de Napo) hay trabajos en variantes de las tuberías de los oleoductos para esquivar al fenómeno natural, que amenaza también a la central hidroeléctrica Coca Codo Sinclair.
Según información del propio Gobierno, la erosión regresiva en la zona se reactivo en febrero de 2024 tras haberse detenido en 2023 por algo más de seis meses y ahora está a algo más de 7 kilómetros de las obras de captación de Coca Codo Sinclair, lo cual, según un informe del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos, puede afectar a la infraestructura en tres o cinco años y dejaría fuera de operación a la central.
EXPRESO constató que en la zona hay trabajos para instalar nuevas tuberías para esquivar el fenómeno natural que en años pasados ya ha afectado su operación y ha significado parar la producción petrolera y declarar ‘fuerza mayor’ a las exportaciones de crudo mientras se concluía los trabajos de reparación.
El ministro de Energía (e), Roberto Luque, aseguró que la erosión regresiva nuevamente amenaza infraestructura del Estado. «Hay infraestructura de Celec que es afectada, hay infraestructura de Petroecuador que es afectada, hay infraestructura vial que es afectada», dijo el titular de la cartera de Estado, durante la rueda de prensa del pasado 30 de mayo de 2024 en las inmediaciones de Coca Codo Sinclair.
«Yo entiendo que hay varios esfuerzos en paralelo para trabajar en eso cuando lo lógico sería ver una variante de los tres sistemas para poder trabajar en una sola función», dijo Luque.
El titular encargado de Energía señaló que las soluciones en los oleoductos son preliminares y también en soluciones definitivas. Por ahora, según Luque, OCP trabaja en variantes y la próxima semana se reunirá con los funcionarios correspondientes para obtener información del avance de las obras.
Los oleoductos han tenido problemas desde 2020 por la erosión regresiva del río Coca. Desde ese año, la infraestructura ha reportado problemas constantemente. En 2022 obligó a declarar fuerza mayor a las exportaciones petroleras.
Las autoridades han hablado de una variante definitiva para poder hacer frente al fenómeno de la erosión regresiva. En el caso del SOTE, a cargo de Petroecuador, se ha mencionado un costo de unos 200 millones de dólares.